miércoles, 20 de mayo de 2015

El maestro de la esgrima (1988) de Arturo Pérez-Reverte

Quién mejor para describir una obra, que su propio creador, ¿no?. En este caso, un hombre letrado, que actualmente trabaja en la Real Academia de la lengua Española. Reverte la describe así en su novela de aventuras pero también policíaca, de traiciones y maniobras políticas en el Madrid galdosiano de 1868. El maestro de esgrima, es la historia de un mundo de tahúres y mercachifles mantenido a distancia por un florete honorable. Pero es, sobre todo, una inquietante parábola sobre el poder del dinero, la ambición política y la extinción de los valores de honradez y fidelidad en este siglo XX que agoniza.



Jaime Astarloa es probablemente el mejor maestro de esgrima de Madrid, dirige una academia muy respetada. El madrileño es un honorable señor de 70 años, respetuoso y bohemio, que en sus jóvenes días vivió en un siglo XIX marcado por el romanticismo y el amor, donde el honor personal era una cuestión de principios. Una cuestión que determinaba el hecho de seguir respirando o morir con un florete atravesado en tu garganta. Pero los tiempos cambian y los años pasan sobre la piel de Astarloa, a pesar de ello aún se conserva con muy buenas dotes físicas, fruto del constante trabajo que requiere el arte de la esgrima. Vive en un constante desaliento, disconforme y fuera de sitio, en una España agitada donde su única razón para seguir en pie es el amor por el metal del florete.

Reverte sabe mezclar muy bien los datos ficticios con los datos que forman parte del legado histórico de nuestro país. En una España corrompida, donde los intereses personales y la codicia por ascender en el escalafón priman por encima de la honra. Sin embargo, Astarloa parece vivir de espaldas al mundo obviando esta máxima, ignorando a propósito lo que sucede a su alrededor, para encerrarse en su mundo. Esta época coincide con “la gloriosa”, acto histórico que mandó al exilio a la reina Isabel II y cuyo reinado sería ocupado por el monarca extranjero Amadeo de Saboya. Años después comenzaría la I República española.

El español sabe mezclar muy bien géneros. Un tópico de esta historia es el amor que siente el esgrimista por Adela de Otero. Una mujer que comenzó a practicar su arte en su academía, la primera mujer al que el maestro le concedió ese honor, no por machismo, sino porque en aquella época que las mujeres practicaran esgrima resultaba impensable. Sin prisa, pero sin pausa, Reverte sabe meter a calzador una historia de amor imposible, cuyos límites infranqueables son la diferencia de edad y el oscuro misterio que envuelve a la joven. Un oscuro misterio que cuando deja ver su verdad tiene irreparables consecuencias para ambos.

Podíamos decir que se trata de una novela de amor, histórica, policíaca e incluso, siendo un poco atrevidos, “novela puzzle”. Abres el libro y a continuación de las primeras páginas introductorias, te encuentras un texto, sin titulillo, que parece estar totalmente fuera de lugar. La primera vez que lo leí me quede descolocado, lo volví a leer tres veces más, pero seguí sin entender su significado y decidí tomarlo como un dato al que mi conocimiento no llegaba. 378 páginas después, cuando acabé la historia, como si de un flashback se tratará, esas páginas volvieron a mi mente. Fue entonces cuando lo releí por cuarta vez y, esta vez, realmente me quede fascinado con esa especie de experimento anómalo que hizo Pérez-Reverte y que redondeó la nota del libro de un notable a un sobresaliente.

Al que no le guste la esgrima, supongo que a la gran mayoría, que no le eche atrás el titulo de la obra, ni mucho menos es un libro técnico. Aunque Reverte introduce tecnicismos de este arte en los títulos de los 8 capítulos que tiene el libro, añadiendo una breve explicación sobre movimientos técnicos de la esgrima. Por ejemplo:

Ataque Falso doble

“Los ataques falsos dobles 
se usan para engañar al adversario. 
Empiezan por un ataque simple”

Tal vez al comienzo, la novela sea un poco pesada y no se entienda la mayoría de lo escrito (ataque en tercia, ataque en cuarta, desenganche, bla bla bla) pero conforme pasan las páginas te das cuenta de que el encanto de la obra no es ese, el encanto reside en la variedad de géneros que el autor aporta y, en como sabe introducir datos inesperados en la obra. Honestamente, ésto hace que te pegues al libro y que pierdas la noción del tiempo.

¡Hasta la próxima!

página web: http://www.perezreverte.com/

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